Naranja, limón y mandarina con hoja: la alternativa de lo auténtico
En no pocas ocasiones en la vida, menos es más. La huida de artificios permite una conexión con lo auténtico que proporciona una sensación difícil de igualar. Es el caso de los cítricos con hoja, un formato que remite a los orígenes de los mercados, cuando la fruta viajaba directamente desde los campos hasta las tiendas, o incluso a los hogares de los consumidores.
Algo que no está al alcance de todos los productores. Para poder abastecer a los mercados de naranjas, limones y mandarinas con hoja en todo su esplendor es necesario contar con una materia prima de la máxima calidad. La ausencia de elementos estéticos añadidos en forma de pegatinas, envolturas, etcétera permite apreciar cada pieza tal y como es, sin que haya cabida al despiste o el engaño. Del mismo modo que los verdes colores y texturas de la hoja sirven de claro indicador de la frescura del cítrico, por lo que una perfecta coordinación entre los tiempos de recogida, selección y calibrado hasta la entrega en el destino final es clave.
Una fiesta para los sentidos
Gracias a su perfectamente afinada cadena de procesos, GAMBÍN es capaz de servir cítricos con hoja cumpliendo con los más exigentes estándares de calidad. Una fiesta para el sentido de la vista, en la que los vivos colores de la piel de la fruta combina con la viveza de la hoja, denotando una frescura que hace las delicias de los mercados a la hora de ser exhibida y que se corresponde plenamente con la textura y sabor final.
Limón fino, naranjas navel y navel late o mandarina clemenvilla son las variedades que en estos momentos se encuentran en su pleno esplendor. Tanto en su caja de plástico para transportes más exigentes como en la más tradicional caja de madera, los mercados nacionales y especialmente internacionales disfrutan de ellas por ser la máxima expresión del cítrico español durante el frío invierno.