Señalan los documentos históricos que fueron los romanos quienes lo introdujeron en la Península Ibérica, corriendo a cargo de los musulmanes su desarrollo y perfeccionamiento siglos más tarde, algo que fue aprovechado en la eclosión del cultivo de cítricos por los agricultores del Reino de Valencia en el siglo XVIII. 

El riego ‘a manta’ es uno de los sistemas de irrigación más antiguos que existen. Pero no solo constituye un bien cultural y una seña identitaria para las comunidades que lo practican. Al ser aplicado en unas condiciones idóneas aporta además una serie de ventajas muy importantes para el agricultor. 

Aunque otros sistemas producto de la evolución tecnológica han ido desplazado esta modalidad de riego, todavía existen comunidades que continúan realizando esta práctica. En GAMBÍN estamos orgullosos de ser custodios de una tradición milenaria, la cual seguimos llevando a cabo en algunas de nuestras fincas. Entre ellas se encuentra la de ‘El Mudamiento’, gracias a sus condiciones y situación. 

Esto nos permite realizar un uso eficiente del agua, el cual es posible gracias a los siguientes requisitos fundamentales: 

• Suelo profundo, que proporciona una elevada capacidad de retención de agua. 
• Texturas limo-arcillosas, para que la velocidad de infiltración sea baja y no haya pérdidas por percolación.
• Canalización con un caudal instantáneo alto, facilitando una fase de avance de riego corta. 
• Parcelas bien niveladas, ajustadas a su tamaño, textura y caudal.
• Labores preparatorias del terreno por surcos, siendo un método de irrigación de superficie en el que el agua se hace correr por pequeñas zanjas con la idea de optimizar todo tipo de recursos.

En GAMBÍN la optimización de los recursos naturales es una prioridad. Especialmente los hídricos, un bien cada vez más escaso y que depende de una gestión correcta y responsable. Utilizar la mejor modalidad en cada condición precisa permite asegurar la continuidad del ciclo natural y contribuir al mantenimiento de nuestro entorno.