Los runners nocturnos de GAMBÍN toman las calles de Valencia
10.000 corredores, la brisa del Mediterráneo, condiciones climatológicas perfectas y una de las ciudades más bellas de España a la luz de la luna. Con semejante puesta en escena, GAMBÍN Runners no podía faltar a la convocatoria de la 15K Nocturna Valencia el reciente 8 de junio. Una cita que se ha convertido ya en obligada para corredores profesionales y aficionados, como demuestra la Etiqueta de Bronce otorgada por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) y que la distingue como la mejor carrera del país en su distancia.
12 valientes del equipo GAMBÍN tomaron la salida a las 22.30, hasta donde llegaron llevados en volandas por el imprescindible grupo de animación que les acompaña en cada cita. Murcia, Almería, Cox, Alicante y la propia ciudad del Turia estaban representadas por las camisetas azulonas selladas con el ya famoso y reconocible “Vívelo”, acostumbrado a llenar de alegría y vitalidad tanto los momentos previos como posteriores de cualquier evento.
La Avenida del Puerto, el Palau de la Música, el Paseo de la Alameda, las Torres de Serrano, el Ayuntamiento, la Puerta del Mar, la Plaza de Toros, la Avenida del Marqués del Turia, el Puente del Reino y la Ciudad de las Artes y las Ciencias fueron testigos nocturnos del derroche de esfuerzo, sudor, compañerismo y emoción que los corredores de GAMBÍN Runners hicieron durante los 15.000 metros que separaban la línea de salida y llegada. El momento de poner en práctica horas de entrenamiento, renuncias, sacrificios, conversaciones y consejos para afrontar la carrera. Ayudados unos por otros, en una perfecta comunión de camaradería, los participantes fueron cubriendo kilómetros mientras disfrutaban de la magia de la ciudad y sus cálidos habitantes, que volcados no cejaron en ningún momento durante el recorrido de empujar con gritos, palmas y música a los sufridos atletas.
La línea de meta volvió a ser testigo, más de una hora después, de que todo esfuerzo tiene su recompensa y de que juntos no hay nada imposible. De ello quedó constancia en la emotiva celebración a la que siguió, de manera muy merecida, una distendida cena en la que reponer fuerzas y disfrutar todos juntos de los detalles de la carrera.